Factor hereditario en la aparición de varices

La importancia del factor hereditario en las varices

Cuando se habla de varices habitualmente se hace mención de que el factor hereditario tiene una gran importancia.

Y realmente es así, ya que se estima que el 97% de las personas que sufren de varices las han heredado de sus progenitores, especialmente de la madre.

Pero conviene puntualizar que, pese a que el factor hereditario es el que más peso tiene a la hora de desarrollar varices, eso no implica necesariamente que todo aquel cuyos padres las sufran, vaya a heredarlas.

Para ser precisos en cuanto al término, hay que aclarar que no son las varices las que se heredan, sino la predisposición a desarrollarlas.

Es decir, una persona cuyo padre o madre padece de varices puede heredar o no la predisposición a tenerlas. Pero incluso si la hereda eso no quiere decir que obligatoriamente vayan a aparecer.

Sí, la probabilidad juega en su contra. Pero el desarrollo de varices también tiene un componente relacionado con determinadas prácticas y un estilo de vida. En ese sentido, trabajar en la parte que podemos controlar puede ser de gran ayuda, bien para que las varices no se manifiesten o para que, si lo hacen, sea con una intensidad mínima.

Por lo tanto, si hablamos de varices podemos entender que hay una serie de factores que tienen que ver con la herencia y otros que no.

Desarrollar varices es posible si se asientan malos hábitos de comportamiento, aunque no haya un componente genético. El sedentarismo, el sobrepeso, o el permanecer un gran número de horas de pie son elementos que van a favorecer su aparición.

Por eso las personas cuyos padres padecen varices deben extremar las precauciones si no quieren que el problema se reproduzca en ellas y deben ser especialmente cuidadosas. Y en esto, como es lógico, serían los padres los que tendrían que jugar un gran papel. Mediante un estricto control de la dieta de sus hijos e inculcándoles buenas pautas nutricionales pero también estando pendientes de que no caigan en el sedentarismo y se muestren activos.

Este ámbito de prevención es el único modo en el que unos padres podrán evitar que sus hijos desarrollen varices.

Por supuesto, es inviable mantener un control sobre todas y cada una de las actividades de los hijos, especialmente cuando estos llegan a la vida adulta. Por eso también una buena información acerca de las causas que aceleran la aparición de varices es muy importante.

Una vez fuera del “nido” ellos se convierten en responsables de su propia salud, e ignorar o menospreciar la importancia del problema solo puede conducir a que no estén lo suficientemente concienciados y caigan en errores que aceleren el desarrollo de la enfermedad.

Sin embargo, y dado que se desconocen las causas últimas por las que este problema se manifiesta, tampoco hay que proyectar la idea de que las varices aparecen porque algo se ha hecho mal.

Entre los factores que influyen hay algunos sobre los que podemos ejercer control, pero no sobre todos. La edad, el sexo, el estado hormonal y el factor hereditario te otorgan una serie de posibilidades más o menos elevadas, y sobre eso no se puede actuar.

Todo lo que puedes hacer es intentar contrarrestar estas papeletas que el sorteo te otorga evitando aquellas cosas que aumentan tus opciones de sufrir el desarrollo de varices.

El factor azar es más amplio de lo que parece ya que otras cuestiones como el padecer pies planos o el quedarse embarazada son también importantes en el resultado de la ecuación final, y esto nada tiene que ver con la herencia de la enfermedad.

En resumen, el factor hereditario tiene una gran importancia, y es probablemente el más determinante, pero desde luego no es definitivo. Al margen de él hay otras circunstancias que pueden favorecer la aparición de esta enferemedad circulatoria, y la responsabilidad de cada uno es tratar de minimizar el impacto de estas circunstancias en la medida de lo posible.

Por ejemplo la elección del trabajo puede tener una gran trascendencia ya que se trata de una actividad que vamos a llevar a cabo al menos 8 horas al día durante muchos años, y dedicarse a ejercer una tarea sedentaria o que exige estar de pié sin descansos de ningún tipo muy probablemente será definitivo para que las varices hagan o no su aparición.

En cualquier caso, los buenos hábitos nunca están de más. Controlar el peso, no fumar, y tener una vida activa no solo van a ayudar a que las varices no se desarrollen o empeoren, sino que van a colaborar a tener una mejor salud en general. Y eso si está en la mano de cada uno de nosotros.